Una caldera sucia, provoca una mala combustión y por tanto, un aumento del consumo del combustible y un deterioro de la misma caldera.
La acumulación de sólidos y suciedad en el interior de la cámara de combustión y los tubos de evacuación de humos hacen que el funcionamiento de la caldera sea deficiente.
Recomendamos y creemos necesario limpiar periódicamente toda la maquinaria: tanto los tubos de evacuación de gases y humos de la caldera, así como la cámara de combustión, al menos una vez al año.